Dios es el único que infunde vida en nosotros, sin su Espíritu habitando en nosotros, estamos muertos por dentro. El profeta Ezequiel, tuvo un encuentro inolvidable con unos huesos. El señor lo llevó a un valle cubierto de huesos y le preguntó: <<Hijo de hombre, ¿Podrán revivir estos huesos?>> (Ezequiel 37:3). Observa que el Señor no dijo: << ¿Están vivos estos huesos?>>. Resulta demasiado obvio que no lo estaban. Se encontraban muertos. Todos resecos, inútiles. Durante la lectura podemos observar como Dios va mostrando al profeta su poder. Hasta que le pide que profetice y pida que venga el aliento de vida, Cuando le ordena al aliento que entre en los cuerpos, un vasto ejército se levanta delante de él; cientos y cientos de seres humanos vivos y respirando. Ahora Ezequiel puede sin duda responder la pregunta de Dios: ¡Sí!¡Estos huesos pueden vivir!

Esta es una visión de lo que puede suceder cuando Dios irrumpe en una situación al parecer sin esperanza. Cualquier cosa que estés atravesando puede parecer sin remedio, pero no lo es, el Señor quiere infundirle vida a tu situación. Deposita tu confianza en su palabra y observa al Dios del universo hacer cosas asombrosas.

Lectura de hoy:

Ezequiel 37:1-13

Oración:

Dios, pongo mi confianza en ti hoy. No dudare, aun cuando las situaciones de mi vida parezcan sin esperanza, sé que nada es imposible para ti. Amén.

Versículos para el estudio adicional:

Job 33:4

Proverbios 14:30

Romanos 4:17