Estoy convencido de esto,el que comenzó tan buena obra en ustedes la irá perfeccionando hasta el día de Cristo Jesús. - Filipenses 1:16.

Hoy tendremos de ejemplo a Nehemías, quien tenía una carrera exitosa como copero del rey, pero, en lo profundo de su ser, sentía que Dios lo estaba llamando a hacer algo diferente. Algo radical. Algo que solo Dios podía lograr. Esa tarea parecía monumental e imposible. Los muros de Jerusalén estaban derribados, dejando a la gente indefensa a todo ataque. Nehemías, sabía que Dios quería que abandonara la comodidad del palacio y guiara a su pueblo en la reconstrucción de sus muros. Él respondió con fe y obediencia. Ayunó y oró. Desde el primer día Nehemías y el pueblo soportaron persecuciones, sin embargo, siguieron trabajando, creyendo en que el Señor los haría triunfar. Como resultado, los muros fueron terminados en tiempo récord. Cuando las naciones de los alrededores oyeron que los muros se reconstruyeron solo en 52 días, sintieron temor, porque se dieron cuenta de que la obra se había llevado a cabo con la ayuda de Dios.

Dios nos llama a cada uno de nosotros a una gran obra.

Reflexión:

Dios ha puesto un llamado en tu corazón para hacer este ayuno. Reflexiona que otra gran obra ha puesto Dios en tu corazón para que realices, no tengas miedo.

Oración:

Dios, tú tienes un plan perfecto para mi vida, y tengo la seguridad de que lo llevarás a término a medida que estoy dispuesto y me rindo a ti. Me niego a que el enemigo me distraiga y desvíe de mi camino con sus malvados planes. Mis ojos están puestos en ti, Señor soberano, a fin de que termines la buena obra que has iniciado en mi.

¡felicidades!!! Has terminado la primera semana... ¿Cómo te ha ido hasta aquí?, ten la seguridad de que Dios está obrando en ti y a tu alrededor. Sigue confiando en el señor y Él te dará las fuerzas para perseverar.

Lectura.

Filipenses 4:13